por: Valeria Alexandra Flores
La película latinoamericana “La noche de
los lápices” es una que data de los años 1976 al 1983 informándonos de un
suceso real en la ciudad de Buenos Aires y La Plata en Argentina. Esta película
fue publicada el 4 de septiembre de 1986. El guión de esta fue escrito por
Olivera y Daniel Kon, el joven Pablo Díaz uno de los protagonistas ayudo con la
redacción de la misma. Este filme recrea el suceso real conocido por el mismo
nombre. El cual nos remonta a septiembre
de 1976, durante los primeros meses de la última dictadura (1976- 1983) cívico-militar argentina, en
donde siete (7) adolescentes de la cuidad La Plata fueron secuestrados,
torturados, privados de sus derechos y asesinados sólo por reclamar el boleto
estudiantil secundario; por lo cual se desata una protesta por la reclamación
del mismo. El boleto estudiantil secundario era una certificación para tomar el
autobús gratuitamente.
Todo comienza en La Plata en el mes de
septiembre de 1975 cuando todos los delegados de las universidades de La Plata
se reúnen en una asamblea para discutir acerca de la protesta que llevarían a
cabo la mañana siguiente para exigir la inmediata implantación del boleto
estudiantil secundario. Tal protesta se llevaría a cabo frente al Ministerio de
Obras Públicas. A ellos no les interesaba si tenían represión o no sólo querían
obtener sus boletos. La marcha hacia la protesta se dio a la mañana siguiente
como se había acordado en la cual repetían al unísono la siguiente frase: “toma
la voz, dame la a mí por el boleto estudiantil”. Ya en el Ministerio de Obras
Públicas caminaron en forma de cadena humana para tratar de entrar lo que
desató una guerra de golpes entre ellos y los policías, esto dejó a varios
jóvenes heridos.
Pablo Díaz uno de los amigos de Claudia va
con ella hacia su casa y en un momento dado en la televisor estaban dando las
noticias y dan un reportaje sobre el boleto estudiantil y luego de unos minutos
y una corta conversación escuchan en la televisor que fueron secuestrados un
(1) maestro y dos (2) alumnos. En la mañana siguiente Díaz va a casa de su
amigo Horacio con periódico en mano para decirle que había salido la noticia de
que el boleto estudiantil secundario había sido creado. Ya todos en la escuela
celebran por dicha noticia. En esa misma tarde él va a un pueblito bastante
pobre y lleva comida a una mujer y le hace entrega de un volante con la cara
del Che Guevara y un mensaje grabados en el mismo.
Llega el 24 de marzo de 1976 lo que se
conoció como el tiempo de reorganización nacional. Esa noche se celebró la GRAN
PEÑA 76 ORGANIZA 5to AÑO BELLAS ARTES, mientras se llevaba a cabo la
celebración entran unos guardias y se llevan a varios arrestados y entre esos
estaba Claudia. En una noche de esas el grupo de amigos que se componía por
Pablo, Claudia, Horacio, Daniel, Panchito, Claudio y María Clara se adentraron
en la universidad durante la noche y pusieron pancartas y carteles que decían
“Reincorporación de Docentes Cesantes”, ¡No! A la suspensión del boleto
estudiantil; Liberación o Independencia, UES ¡no! A la dictadura en los
colegios, entre muchos otros. Así fueron pasando los días y fueron secuestrando
más jóvenes.
La madrugada del 16 de septiembre de 1976
secuestraron al grupo de amigos ya antes mencionado. A todos los secuestrados
los llevaban al mismo lugar, al menos a este grupo. Estos eran secuestrados por
la oficialidad pero ilegalmente. Ya en el lugar donde los tenían encerrados se
dan cuenta que están todos vivos y en el mismo lugar y pueden comunicarse
aunque no se pueden ver. Durante todo el tiempo de encierro fueron abusados
verbal o como físicamente, entre esos abusos violaban a las féminas; pero a
pesar del sufrimiento estos no dejaban de comunicarse todo lo que les pasaba y
también hablaban sobre que comerían y harían al salir de ese lugar.
La alimentación era basada en agua y pan. Estos debían ejercitarse dentro de su debilidad, cantaban al unísono para olvidar lo que ocurría a su alrededor aunque fuera por un instante, rezaban el Padre Nuestro, para asearse eso era muy rara la vez. Estos debían permanecer con los ojos tapados para que no pudieran ver a sus secuestradores. Hacían sus necesidades en un envase plástico y luego lo depositaban en otro lugar fuera de su espacio para estar. Para víspera de navidad aun ellos permanecían encerrados, y en eso se llevan a Pablo ante el comisario.
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